Una mirada al mundo de la formación humana
Un informe reciente de Bloomberg arrojó luz sobre la fuerza laboral humana que forma el chatbot Bard de Google, destacando el papel fundamental de miles de empresarios en la configuración de las respuestas de esta herramienta de IA.
Este informe detallado revela las realidades del desarrollo de la IA y tiene implicaciones importantes para las personas que la utilizan.
La calidad, la precisión y la confiabilidad de las interacciones impulsadas por IA pueden afectar la reputación de la marca, la confianza del cliente y, en última instancia, su resultado final.
Al profundizar en los procesos humanos detrás del chatbot Bard AI, obtenemos información valiosa sobre los desafíos y oportunidades que esperan a las empresas que utilizan AI en sus estrategias de marketing.
Una descripción general del campo de entrenamiento de IA
Bard de Google es bien conocido por sus respuestas rápidas y seguras a varias preguntas.
Sin embargo, contratistas anónimos le revelan a Bloomberg que detrás de estas hazañas de IA se encuentra el trabajo de humanos frustrados.
Estos subcontratistas, de empresas como Appen Ltd. y Accenture Plc, trabajan con plazos ajustados para garantizar que las respuestas del chatbot sean confiables, precisas e imparciales.
Trabajar bajo presión
Estos contratistas, algunos de los cuales ganan tan solo $ 14 por hora, se han visto sometidos a una presión cada vez mayor durante el último año a medida que Google y OpenAI se enfrentan en una carrera armamentista de IA.
Las tareas se han vuelto más complejas y las cargas de trabajo han aumentado, a menudo sin que los contratistas tengan experiencia específica en las áreas que están analizando.
Un empresario anónimo dijo:
“Así como están las cosas, la gente está asustada, estresada, mal pagada, no sabe lo que está pasando. Y esa cultura del miedo no es propicia para conseguir la calidad y el trabajo en equipo que esperas de todos nosotros.
El papel de los contratistas en la formación de IA
El papel de los contratistas es revisar las respuestas de AI, identificar errores y eliminar posibles sesgos. Trabajan con instrucciones complicadas y plazos ajustados, a menudo tan cortos como tres minutos.
Según documentos compartidos con Bloomberg, con frecuencia se les pide a los empresarios que decidan si las respuestas del modelo de IA contienen evidencia verificable. Analizan las respuestas en función de factores como la especificidad, la frescura de la información y la consistencia.
Un ejemplo en el informe de Bloomberg explica cómo un evaluador podría usar la evidencia para determinar la dosis correcta de un medicamento para la presión arterial llamado Lisinopril.
Los contratistas deben asegurarse de que las respuestas no tengan contenido dañino, ofensivo o excesivamente sexual. También deben protegerse contra información inexacta, engañosa o engañosa.
Destacando el factor humano detrás de la IA
Si bien los chatbots de IA como Bard se consideran avances tecnológicos revolucionarios, lo cierto es que su efectividad depende del trabajo de los emprendedores humanos.
Laura Edelson, científica informática de la Universidad de Nueva York, le dice a Bloomberg:
«Debe recordarse que estos sistemas no son obra de magos, son el trabajo de miles de personas y su trabajo mal pagado».
A pesar del papel fundamental de los contratistas, su trabajo a menudo está envuelto en misterio y tienen poca comunicación directa con Google.
Preocupaciones sobre la calidad de los productos de IA
Los subcontratistas están preocupados por sus condiciones de trabajo, que creen que podrían afectar la calidad de los productos de IA.
Los contratistas son una parte indispensable de la capacitación en IA, como dijo el trabajador de Appen, Ed Stackhouse, en una carta al Congreso.
Stackhouse advirtió que la velocidad requerida para revisar el contenido podría convertir a Bard en un producto «defectuoso» y «peligroso».
Google respondió a estas preocupaciones diciendo que estaba realizando un trabajo extenso para desarrollar sus productos de inteligencia artificial de manera responsable, utilizando procesos rigurosos de prueba, capacitación y retroalimentación para garantizar la factualidad y reducir el sesgo.
Aunque la compañía afirma que no depende únicamente de revisores humanos para mejorar la IA, se señaló que pueden aparecer imprecisiones menores, lo que podría inducir a error a los usuarios.
Alex Hanna, director de investigación del Distributed AI Research Institute y ex especialista en ética de Google AI, dijo:
«Siempre es preocupante que el chatbot se equivoque en los datos principales».
Un llamado al cambio
A pesar de las crecientes preocupaciones sobre las condiciones de trabajo y la calidad de los productos de IA, está claro que los contratistas humanos son una parte esencial del desarrollo de la IA.
El desafío es garantizar que reciban una compensación adecuada y que tengan los recursos para hacer su trabajo.
Emily Bender, profesora de lingüística computacional en la Universidad de Washington, subrayó este punto diciendo:
“El trabajo de estos trabajadores subcontratados en Google y otras plataformas tecnológicas es una historia de explotación laboral”.
A medida que continúa la revolución de la IA, el papel de los contratistas humanos en la configuración y el perfeccionamiento de estas tecnologías seguirá siendo vital.
Sus voces y preocupaciones deben ser escuchadas y tenidas en cuenta para garantizar el desarrollo continuo de productos de IA confiables, precisos y éticos.
Imagen destacada: Maurice NORBERT/Shutterstock
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